NIÑOS
De piedra, hierba y papel,
regalan sueños risueños,
con su cara de inocencia,
más pura que el viento fresco.
Domadores de sentimientos,
leones hambrientos de juego,
lloran, saltan, ríen, bailan,
curan la Tierra de esperpento.
Tierra que les fue ofrecida,
bajo herida con lamentos,
con sus delicadas manos,
convierten penas en versos.
Incierto futuro en prosa,
de improvisación, cruento.
¡Necesitarán tanto amor
para sanar un reino!
Sístoles de concordia,
guardianes de llaves maestras,
diástoles de misericordia,
miradas que eclipsan planetas.
Esperanza viva de vivir,
¡desvivirse ahora por ellos!
es mejor la cicatriz,
que hemorragia sin remedio.
Precioso!
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