HIJO
Cuántos versos hacen falta,
para explicar el amor de un hijo.
Hijo que sueña en regazo,
cama, suelo, sofá o brazos,
en aras de niño prolijo.
Sueños de otro mundo,
esperanza del mañana,
sabor a calor de una siesta,
despertar de bostezo y legaña,
de caricia en sus pestañas.
Desquicios de día y noche
que claman ayuda, enseñanza,
para enfrentarse a este reto,
fácil, difícil, inquieto,
aventuras del mañana.
Su ser, luna y sol al mismo tiempo,
en pie todas las barreras,
comprende, habla, entiende a ratos,
sólo lo que es conveniente,
sólo para seguir jugando.
Grito, llanto, risa, abrazo,
todo es parte de su mundo.
Loca amalgama de ideas,
que vuelven loco a uno.
Cordura perdida con gusto.
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