NO TODO VALE

 En el acto de celebrar se supone que los integrantes manifiestan alegría y júbilo por el logro conseguido de manera unánime y sana, donde todos y cada uno de los miembros disfrutan y hacen disfrutar.

Cada ser es único, libre e independiente y actúa de diferente manera dando rienda suelta a la explosión de sentimientos que abarcan su cabeza y corazón. Ilusiones y deseos hechos realidad que son manifestados por medio de vítores, aplausos, abrazos, besos e infinidad de gestos, que obviamente si son sanos y cada parte lo desea, es algo consentido de agradable retroalimentación.

En ocasiones, más a menudo de lo que debería, se confunde el éxtasis y fulgor del momento más álgido con él ‘todo vale’. Parecen ser instantes en tierra de nadie, donde el desenfreno corre por ríos de hormonas no domesticadas, donde yo te quiero y quiero algo, y tú pareces querer lo mismo por contribuir a este logro. 

Y luego vienen las excusas. Ideas falsas recreadas por quien cree que en medio del jolgorio, confetis y besos valen lo mismo, pero no es así. 

Alguien deseaba solamente confeti y quizás llorar de alegría. Alguien quería solamente divertirse. Alguien ahora sufre porque es un/a esbirro más de alguien cuyas palabras parecen valer lo mismo que el puesto que ostenta. Alguien debería de hacer algo.