OLOR A NAVIDAD
Las luces iluminan desde el ocaso las calles de mi ciudad. Esta vez el tenue resplandor de las farolas es relegado al brillo de las bombillas multicolor que anuncian la Navidad ya cercana.
Una mezcla de frío, hojas secas y temprano atardecer, causan esa morriña que, en mayor o menor medida todos hemos sentido alguna vez. Recuerdos que saben a charlas en el calor de un sofá. Recuerdos de papel rasgado anhelando aquellos abrazos que un día fueron y serán.
Las mesas se llenas de manjares, que prometen arduas digestiones: carnes, pescados, turrones, mariscos…aperitivos ¡mil sabores!, de los cuales sobrarían todos, sólo si estás con quien quieres, sólo sin sentirte solo.
Es tiempo de celebrar, donde lo profano se mezcla con lo pagano; donde iglesias y restaurantes se llenan, y un río de licores destilados embriaga el corazón con jolgorio, esquivando hasta enero las penas.
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