CULTURA O MORIR

 Todo problema tiene una solución si alguien con el estatus adecuado para hacerla visible invierte en ella. Cualquier persona puede escribir las palabras más inteligentes, bellas y certeras en el sentir general; aquellas que podrían enmudecer al charlatán más desinhibido o despojar del egoísmo al ser más vil y huraño sobre la faz de la Tierra, solamente si fueran escuchadas, leídas y ,si acaso, entendidas. 


Hace mucho tiempo que el arco iris tiñó de gris los semblantes de la gente, cegándolos en guardar bajo llave sentimientos e impresiones, refugiándose en el lugar más fácil, intentando buscar cada día la cara más amable en el cajón de las caretas tristes.


Cualquier movimiento, acto o creación conlleva un proceso mental de reflexión ejecutado con anterioridad para poder ser expresado posteriormente. Es por ello que el lenguaje es el único medio de intercambio, mediación y objeto de solución a todos y cada uno de los problemas que acechan a la humanidad. 


La sociedad ha reducido la capacidad expresiva a la mínima expresión, en gran parte por el exacerbado estilo de vida acelerado, alimentado por los estímulos virtuales. La lectura se relega a un segundo o tercer plano, donde los sueños, palabras y por ende la capacidad de creación que ese acto produce, crea una considerable disminución de la capacidad intelectual, reacción y establecimiento de soluciones coherentes en el entorno humanitario, que llegados a este punto se entrega a consumir e idolatrar en cualquier ámbito estándares fáciles, predefinidos, predecibles, repetitivos y vacíos de contenido, enmascarados en promesas y siluetas atractivas. Glutamato de calidad ínfima que llena estómagos y vacía mentes. 


Nunca es tarde para descubrir los beneficios y el poder sin límites que otorga la adquisición de una cultura aceptable, una oratoria notable y una autorreflexión sobresaliente. Lo más penoso de todo es que más seguro que cierto, las palabras que hoy relato solamente sean leídas e interpretadas por alguien que ya libró mil batallas literarias. El resto podría hacerlo, pero sería mas atractivo aprovechar ese tiempo leyendo un titular corto y llamativo, con música de cuatro tonos y enlace para compartirlo. 

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