ESFUERZO

 El esfuerzo y la constancia son los detonantes más potentes que pueden existir para alcanzar la plenitud o al menos intentarlo en cualquier ámbito de la vida. 

Anhelamos poseer desde la extrema comodidad aquello que pueda elevar nuestra felicidad de manera sencilla y automática, tratando de conservarla con dosis de energía recetadas para permanecer hundidos en el mullido y cálido sofá.

En demasiadas ocasiones el ser humano, creyéndose el rey de los “Hunos”, pisotea sin contemplaciones las oportunidades de otros, ninguneando el éxito de aquellos que derramando sudor y lágrimas consiguieron vislumbrar en la escasez la satisfacción del trabajo bien hecho.  

Son personas esperando que algún día aparezca la parca y, enseñándole los dientes con risa superflua, los latidos abandonen su cuerpo, rodeado de billetes en un salón vacío. Un lugar donde otrora, la humildad era el bastidor que sostenía la familia; las risas infantiles llenaban de magia y pureza el recargado ambiente que ocupaba sillas y tresillos; hoy firmes y renovados, antes ajados del uso, llenos de vida y gentío.