VIRAJES INDESEADOS

 En el transcurso de la vida los pensamientos son ríos que se suceden fluyendo entre el devenir de la siguiente cascada y la maleza que ralentiza el curso, esperando una nueva corriente que llegue hasta la desembocadura con el agua menos turbia posible. 

Canoas de material endeble navegando a cielo abierto, disfrutan de la quietud del momento sin necesidad de remos, cuando los vientos son propicios y el temporal paciente. 


Esperan llegar a la orilla buscando el éxito en su etapa, donde el casco llega a puerto con esquirlas de batalla y el capitán que lo maneja dormita poco y se prepara, reparando con tiritas heridas por la metralla.


Ríos que son pacientes, mares bravos, en calma…¡oníricos!, todos sufren las tormentas jugando con Zeus a los dados; implorando sacar un seis y poder tirar de nuevo, para sortear el peligro de cualquier rayo certero. 


Y así evitando desdichas la dicha se fortalece, aplicando trucos nuevos, magia que sólo se aprende, en el barco de la vida donde los problemas duelen. Pero más duele evitarlos virando el timón a ciegas, quedándose encallado, a la deriva y sin fuerzas.

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